El fuego atemorizaba a los otros animales, aun a los predadores, de forma que los humanos podían reposar tranquilos en una cueva que tuviera una hoguera frente a la entrada. Las chispas que se desprendían a través de este desarrollo se aprovechaban para prender hongos yesqueros , entre los grandes olvidados de todo el mundo fungi. Hablamos de especies no comibles de composición leñosa, altamente inflamable, lo que les hace candidatos ideales para iniciar o mantener el fuego. En el desarrollo de percusión los hombres prehistóricos golpeaban minerales ricos en sulfuro férrico -pirita o marcasita- contra el sílex, de manera que la fricción beligerante, unida al arrancamiento de pequeños fragmentos de hierro aportara calor .
Desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento de los ecosistemas, ya que se nutren de materia orgánica muerta y la degradan en elementos que nutren el suelo. Pero la enorme revolución técnica de nuestros antepasados sucedió en el neolítico, fue la llamada revolución neolítica. Por muy capaces que sean los delfines y otras criaturas marinas, sin fuego nunca van a poder llevar a cabo estos ni la mucho más elemental tecnología. No obstante; los humanos o prehumanos fueron los primeros organismos que no se limitaron a escapar del fuego.
Mujeres Con Ciencia
Pienso en aquellos homínidos valientes y arrojados que se atrevieron a arrimarse por primera vez al fuego generado por la naturaleza, que hoy aún atemoriza, y lograron agarrar algún leño encendido para entonces correr a un espacio seguro y observarlo arder. También pienso en los que tuvieron la iniciativa de agrupar otro leño al que estaba ardiendo a fin de que el fuego no se extinguiera. Por su parte, un reconocido primatólogo especializado en el uso del fuego, Richard Wrangham, explicó a David Keys que si esta datación se confirma con seguridad, sería «extremadamente importante, pues retrasaría en el tiempo la utilización probado del fuego por parte de los primeros homininos.
Durante miles de años el asado fue el único método de cocción, por aplicación directa de la llama o su calor sobre la pieza de carne, pescado o verdura, situada normalmente sobre la hoguera con algún sistema de sujeción rudimentario. Valga como imagen la típica parte de caza ensartada en un palo y apoyada en otros sobre las llamas crepitantes. Pasaremos la fibra bajo la rama y también iremos dando tirones, primero de un lado y luego de otro para que se genere una fricción.
La Evolución
Subrayemos para terminar que, si bien es cierto que los últimos trabajos publicados están empujando la fecha mucho más antigua sobre el aprovechamiento de fogatas cada vez más atrás en el tiempo, el enfrentamiento aún está lejos de cerrarse. Las geniales contribuciones de diversas científicas, como las aquí citadas, y otras que no citamos por razones de espacio, representan aportaciones incontrovertibles para arrojar luz, nunca mejor dicho, ya que de fuego hablamos, a tan interesante cuestión. Las cocinas eléctricas penetraron en el mercado prácticamente un siglo después, en 1906 de la mano de Albert Marsh, aunque gracias a su ineficiencia y falta de capacidad, no se popularizaron hasta prácticamente otro siglo más. Hoy en día las cocinas eléctricas (ya sea vitróceramica o inducción) se han convertido en una alternativa a los fogones de gas, y si bien tienen sus defensores y detractores, jamás van a poder tener la historia del fuego en la cocina. Transcurrido un tiempo, el gas fue sustituyendo a la leña y el carbón como fuente de calor en la cocina, por su eficiencia, limpieza, potencia, comodidad y control. Además, dejaba recuperar el tacto de la llama con los utensilios, recobrando la velocidad de cocción perdida al introducir un factor intermedio entre el fuego y las cacerolas.
seguramente llevaría a volver a pensar los hallazgos de otros yacimientos africanos aun más viejos que también indican un potencial uso del fuego por los humanos». En el año 1802, George Bodley, patentó una versión mejorada de hierro forjado, con calentamiento traje y con un sistema elaborado de escapes que se transformaría en el prototipo de cocina moderna. En ese mismo año, la lengua alemana Frederik Albert Winson preparó con gas la primera cocina de la historia. Con el tiempo, el Homo Erectus inventó diferentes métodos para ocasionar el fuego (los primeros “mecheros”), ya fuera con chispas producidas del roce de piedras, maderas u otras técnicas.
Hoy en dia, pertenece a un emprendimiento de investigación , patrocinado por la Facultad George Washington y el Museo Nacional de Kenia. El trabajo tiene como objetivo investigar la existencia de restos arqueológicos de fogatas datadas entre 1,4 y 1,6 millones de años , descubiertas en un conocido yacimiento situado al norte de Kenia llamado Koobi Fora. El problema es que no se han encontrado rastros de empleo del fuego tan viejos para atribuir a este aspecto la aparición del Homo erectus hace 1,9 millones de años, fundamento por el que la iniciativa de Wrangham no se ha recibido de manera general. El ejemplo mucho más reciente lo contamos en un trabajo recién anunciado por un equipo de antropólogos de la Universidad de Utah , que contribuye múltiples líneas de pruebas para mantener una proposición.
En la actualidad contamos con productos que facilitan nuestras vidas, como las pastillas para encender fuego, las piedras de magnesio para llevar a cabo fuego y como no, lascerillas. Al final, en los días de el día de hoy podemos decir que la evolución de la tecnología moderna se identifica por un incremento y un control cada vez mayor sobre la energía. Fue la primera fuente de energía descubierta y responsablemente controlada y usada por el hombre.
Hace unos 8000 años, ciertos conjuntos de Turquía y de Van a ir detallan cobre derretido, es decir, que en las primeras aldeas se dieron cuenta que por medio del fuego es viable extraer metales de las rocas. La metalurgia es la victoria del ser humano sobre la materia, y sobre esa victoria redacta Mercedes Murillo en esta publicación. Según apunta a EL ESPAÑOL Juli G. Pausas, especialista en ecología del fuego del Centro de Investigaciones sobre Desertificación del CSIC en Valencia, “el fuego no en todos los casos es un desastre ecológico, incluso en nuestras latitudes. Es mucho más, la mayor parte de ocasiones no lo es; hay plantas adaptadas a vivir con incendios recurrentes”. “Alguien no iniciado en biología habría concluido que el proceso ecológico más aparente y vibrante era el fuego”, dice. “No obstante, en los libros de biología casi no aparece; simplemente, no se enseña a los científicos”. Sin embargo era lo suficiente capaz para conocer la manera de proteger y utilizar el fuego, y por esto tenemos que estar agradecidos a este antepasado nuestro.
Además, transportaba 2 trozos de un hongo conocido científicamente como Piptoporus betulinus -el hongo del abedul- ensartados en tiras de cuero. Durante siglos se ha empleado este hongo como antídoto clásico para batallar las anomalías de la salud intestinales, ya que tiene propiedades antibacterianas. Los yacimientos arqueológicos de hongos son escasos y su ubicación se restringe geográficamente en el norte y centro europeo, además de esto el uso de exactamente los mismos es muy difícil de probar. Eso crea una extendida cadena de procesos tecnológicos que, según los investigadores, necesita una aptitud intelectual compleja y, probablemente, un lenguaje para enseñarlo y aprenderlo. Carolina Martínez Pulimentado es Doctora en Biología y fué Profesora Titular del Departamento de Biología Vegetal de la ULL. Su actividad prioritaria es la divulgación científica y ha escrito múltiples libros sobre mujer y ciencia.