Por Que Se Llama Guerra De Los Pasteles

El 9 de marzo de 1839 finalizó la Guerra de los Pasteles, que enfrentó a México y Francia. Este fue el primer conflicto bélico entre ambos países, englobado dentro de las luchas de las naciones de europa por poder nuevas rutas comerciales en América. «En el mes de diciembre de 1838 Victoria volvió a defender Veracruz, convocado por Santa Anna a lo largo de la llamada Guerra de los Pasteles; la marina de guerra francesa había tomado Ulúa y tenía bloqueado el puerto. Victoria fue entre los negociadores mexicanos que se reunieron con el comandante francés en Xalapa para obtener, el 9 de marzo de 1839, un acuerdo que ponía fin a las hostilidades», explicó Will Fowler en su obra «Mandatarios mexicanos, I». La Guerra de los Pasteles fue un conflicto armado entre México y Francia, desencadenado en1832 en un restaurant francés de Tacubaya. Este curioso nombre se debe a la demanda de múltiples mercaderes franceses de no percibir el pago por sus servicios por la parte de ciertos oficiales mexicanos, más allá de que verdaderamente el problema estuvo ocasionado por la negativa de México a abonar a Francia una indemnización que esta le demandaba.

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El mandatario, con mucha pena, se negó a consentir a los galos con la firma de un acuerdo económico por el contexto político de la recién emancipada nación de la Corona de España. Pues estos derechos serían para aquellas naciones que reconociesen de manera oficial su independencia de la madre patria. Mas, ¿ cuáles son las secuelas de la guerra de los pasteles ? Para los franceses este enfrentamiento significó que debían retornar la flota de navíos de guerra que habían tomado que pertenecía a la armada mexicana.

¿cuáles Fueron Las Secuelas De La Guerra De Los Pasteles?

Que se cuide mucho el k escribio lo de la guerra de los pasteles me sirvio para mi tarea. La Guerra de los Pasteles fue un combate que sucedió en 1838 y 1839, en el que Francia y México se encararon en un intento del país europeo por bloquear la economía nacional americano.

Y América sería la que salvaría toda aquella superproducción que no podía consumirse en el viejo continente. Los 6 mil hombres que Francia mandó, liderados por el Conde Lorencez, comienzan la invasión del territorio mexicano partiendo cara Orizaba, con rumbo cara la urbe de México, sostuvieron el 5 mayo de 1862 la guerra de Puebla, donde salieron derrotados. La Guerra de Reforma trajo consecuencias asoladoras para la nación mexicana, una de ellas fue la crisis económica que orilló al Presidente Benito Juárez a suspender el pago de las deudas contraídas con otros países.

Recibir un correo electrónico con los próximos comentarios a esta entrada. Sin embargo, a pesar de haber sido los pasteles más caros de la Historia se llegó a la paz, para establecerse una relación amistosa entre las dos naciones. Y años después, la corriente de pensamiento que imperaba en Francia se transformó en el pilar mucho más grande que sostendría el liberalismo mexicano de Benito Juárez, tras salir victorioso en la Guerra de la Reforma. Aún a pesar de la valentía y el arranque bravucón de los mexicanos, no saldrían favorecidos durante la guerra; Santa Anna perdería una pierna y finalmente se tuvo que abonar una indemnización. La Revolución industrial provocó que las considerables potencias europeas focalizaran sus sacrificios en los países en vías de desarrollo; para impulsar su economía por medio de novedosas relaciones diplomáticas.

¿cuáles Son Las Consecuencias De La Guerra De Los Pasteles?

Éstos, desembarcan una columna de mil soldados y artillería e empiezan la invasión de tierra estable, en donde Santa Anna les hace frente, logrando devolverlos hasta el puerto de Veracruz, pero los franceses hacen una férrea resistencia. La verdad era muy otra, pero el instante propicio y de este modo, de entre los afectados por las poco comúnes pérdidas hubo un repostero de la Tucubaya, llamado monsieur Remontel, cuya petición de indemnización fue mucho más allá de lo que Méjico se encontraba dispuesto a pagar. Ya que bien, con este escenario, se producen las algaradas callejeras de las que resultan perjudicados todos y cada uno de los extranjeros asentados en el territorio mexicano, a los que se ven con los mismos ojos de sospecha que a los colonos del norte.

El barón Antoine-Louis Deffaudis, solicitado de tratar con el gobierno mexicano, abandonó la negociación cuando conoció el acuerdo con los españoles. El barón fondeó sus barcos de guerra en la isla de Sacrificios, cerca de Veracruz, y desde este lugar lanzó un ultimátum que vencía el 15 de abril de 1838. México se negó a abonar la indemnización requerida y empezó la primera intervención francesa en el país.

De este modo, por unos pasteles, valorados como si fuesen de oro a tenor de las últimas cifras en que se concretan las indemnizaciones, dos países se enfrentaron en una guerra costosísima, en elementos y en vidas humanas. Méjico acepta pagarlos y se olvida de las concesiones de derechos futuros para los extranjeros asentados en su territorio. En realidad tiene órdenes de obligar a los franceses a retirarse, si por un casual, no aceptaran su mediación. Esa situación es aprovechada por Francia que se recupera de la crisis internacional a la que le ha llevado la debacle de Napoleón y presiona al gobierno Mexicano, que hace oídos suecos. Esto produjo graves revueltas en Méjico que no entendía de qué manera un país de cinco millones de kilómetros cuadrados era derrotado por unos desarrapados sin organización y además infligiendo una derrota tan humillante. Allí fue sorprendido y vencido en veinte minutos por el ejército insurrecto, hecho preso y obligado a claudicar frente a los rebeldes, los que alcanzaron la independencia del territorio que se llamó Estado de Tejas y que era conocido como “El de la Estrella Solitaria”.

Y en uno de los múltiples niveles -según las cartas del embajador francés a su país-, el dueño de una pastelería en Tacubaya (Localidad de México) sufrió las gamberradas de un cuerpo de oficiales. Los soldados no solo se fueron sin abonar, sino además causaron graves estropicios en el local a lo largo de una disputa. Ante esta grandiosa idea, el Rey Carlos X de Francia y su Consejo de Ministros , expresaron su deseo de entablar relaciones diplomáticas con la recién emancipada nación de la Corona de españa.

¿cuáles Fueron Las Causas Y Secuelas De La Segunda Intervención Francesa?

Tras la Independencia, múltiples ciudadanos franceses habitantes en la Urbe de México, entre ellos un repostero (de allí el nombre del combate) de apellido Remontel demandaron reparaciones por los daños sufridos en 1828, en el momento en que oficiales mexicanos causaron daños a su local. Qué va a hacer si su familia superó al frente del negocio las crisis de 2 guerras mundiales, otra contra Marruecos y una guerra civil. Si bien sabe que la diferencia ahora con esos conflictos es la dependencia de España y la UE en materias primas, productos básicos, energía y comburentes. La primera intervención francesa sucedió entre abril de 1838 y marzo de1839, famosa como Guerra de los Pasteles, y la segunda intervención de los franceses de 1862 hasta 1867, nombrada Guerra Franco-Mexicana, que se produjo a causa de la suspensión de pagos a lo largo del gobierno del presidente Benito Juárez. El 27 de noviembre de aquel año de 1838, observando que no se lograba negociar ningún acuerdo con el gobierno mejicano, la flota francesa comienza a cañonear el fuerte de San Juan de Ulúa que edificaran los hombres de Hernán Cortés en 1519.

La flota francesa hace acto de presencia en el Golfo de Méjico y recala en frente de Veracruz, lugar desde donde Daffaudis lanza un ultimátum al gobierno mejicano que vence el 15 de abril de 1838, sin que el presidente Bustamante se haya dignado siquiera charlar con el gabacho. Decía este buen señor que unos oficiales del ejército de Santa Anna se colaron un día por su negocio y se consumieron unos pasteles, que luego no le pagaron y que por estas pérdidas pedía una compensación económica de sesenta mil pesos. Los ciudadanos franceses perjudicados, los cuales parece que conformaban la mayor parte de los extranjeros establecidos en el país, se dirigen a París para que se les protejan sus derechos y efectúan una relación interminable de los daños sufridos, los cuales alcanzan cierto grado de alarma en la capital francesa.

Siempre he sentido una gran atracción por los nombre extraños que tienen ciertas cosas y entre ellos, los de las guerras. Todos conocemos peleas reconocidas, que acostumbraban a pasar a la historia por el nombre del sitio en el que se generaron, como la Guerra de Trafalgar, la de Bailén, Las Navas de Tolosa, o mucho más recientemente la de Brunete o la de Stalingrado; eso es lo normal. Antes de establecerse las primeras comunidades expertos francesas en México, los galos intentaron dialogar nuevas rutas comerciales en Argentina y en Uruguay, si bien sin éxito. Y tras el fracaso se acordaron de la antigua colonia española; lo que no solo significaría un nuevo horizonte de mercado que les llevaría a la prosperidad; si no que además serviría de freno frente a la política de expansión estadounidense en América. La causa oficial de la intervención francesa en este país fue la suspensión de los pagos de la deuda exterior a Inglaterra, Francia y España, observando que el estado de ruina económica en que se hallaba el erario mexicano; mas la causa real no fue otra que el derecho del mucho más fuerte para atropellar al enclenque. Por presión Británica, Francia renuncia a indemnizaciones por la guerra que ellos mismos habían provocado y el 9 de marzo de 1839 firman la paz.