Al horno, en puré, en guisos, en cremas, en chips, en ensaladas … para mí, una de las mejores es cocinarlas al horno, para emplear en otras recetas como por poner un ejemplo este pastel salobre. Asar la verdura lograr que le aporte más gusto a la receta, aunque en un caso así, lo vamos a hacer de manera más rápida en la sartén, y vamos a terminar nuestro pastel al horno, para que quede perfecto. Los pasteles no son solo elaboraciones dulces, también pueden ser salobres siempre y cuando incluyan algún elemento que cuaje y una todos los elementos. Es la situacion del pastel de calabacín al horno con queso gratinado. Coloca un chorrito de aceite en una sartén a fuego medio.
Sazona y cocina todo conjuntamente a lo largo de 15 minutos precisamente. En un bol, ponemos los huevos al lado del aceite de oliva y lo batimos hasta el momento en que quede que viene dentro. Asimismo se puede hacer la versión light, usando pavo y queso light, puesto que aceite transporta muy, muy poco, es un plato capaz para sostener la línea. En verdad la receta original es sin tomate, exquisito del mismo modo.
Coge un bol más o menos grande y añade los huevos y la nata. Bate los dos elementos lo destacado que puedas a fin de que quede una masa aproximadamente homogénea. Una vez poseas un líquido espeso de color naranja claro, añade el orégano, el ajo en polvo, el perejil picado, el queso rallado -te recomendamos que reserves un tanto para gratinar- y la pastilla de Avecrem Vegetal.
Montamos El Pastel De Calabacín:
Si nos gusta podemos acompañarlo de una ensalada fría o tenemos la posibilidad de tomarlo como és. En un bol combinamos con ayuda de un tenedor o de la varilla los huevos, la nata, las especias y la sal. Si queréis gozar de la versión de este pastel salado con atún, es tan simple como añadir unos cuantos latas de conserva a la mezcla. La versatilidad del calabacín nos llama la atención y encanta tanto que no dudamos en prepararlo de mil maneras distintas. Rellenos, en crema, en auténticos croquetas o empanadillas, e incluso, ¡en su versión mucho más crocante! No les perdáis el próximo recopilatorio con nuestras 7 mejores recetas de calabacín.
Corta las cebollas en juliana y los calabacines sin mondar en medias lunas. Karlos Arguiñano elabora la receta Pastel de espinacas con provenzal de queso en su programa de televisión Karlos Arguiñano en tu cocina. El orégano es una plata aromatizada, poseedora de un gran olor y que proporcionará un enorme sabor a nuestros platos. Cuenta además de esto con características estomacales y digestibles.
Aquí Tienes El Vídeo De La Receta
Si observamos que se dora bastante siempre podemos taparlo un tanto con papel de aluminio. Lo dejamos descansar una vez apagado el horno a fin de que baje un tanto el pastel y después, lo desmoldamos de forma cuidadosa que no se nos rompa. Lo primero que hago es preparar los elementos para utilizarlos en el momento que la receta los vaya pidiendo.
Un tradicional en este y otros pasteles salados como es el de atún con puré de patata o el pastel de bacon y queso. Si preferís prescindir del queso para disfrutar de una versión máslight siempre y en todo momento podéis llevarlo a cabo, como hicimos en el pastel de verduras al horno, donde sustituimos del calabacín por una variedad de verduras y champiñones. Para finiquitar el pastel, agregamos el calabacín, el queso rallado, sal , pimienta y las yerbas aromatizadas. Ahora, espolvoreamos queso parmesano rallado sobre toda la superficie de la mezcla y ponemos en el horno durante 30 minutos, poniendo la fuente a media altura del horno. Si la fuente que se utiliza es muy estrecha, debe aumentarse el tiempo de cocción.
Si lo habéis picado todo antes, cuando empecéis a pochar la cebolla la dejáis pochando entre 5 y 10 minutos a fuego medio antes de añadir el calabacín. Mientras se marcha pochando la cebolla aprovechamos a pelar los calabacines y a trocearlos muy pequeños también para añadirlo al sofrito de la cebolla. Añade la leche, la nata, el orégano y una migaja de sal, y bate todo bien. Prolonga una cucharada de aceite sobre un molde capaz para el horno. Coloca un trozo de papel de horno en todo el molde dejando una pestañita por cada lado. Úntalo con otra cucharada de aceite, espolvoréalo con unos cuantos medidas de cuchara de harina y espárcela bien.
Cocina ambas verduras al unísono, a una temperatura media. Mientras que se cocinan estas verduras, precalienta el horno a 180º. En el momento en que tengas listas las verduras, apártalas del fuego y resérvalas. Mi pluma y mi cámara son 2 herramientas imprescindibles en mi día a día. Con ellas cocino recetas y viajo con cada una de ellas cerca del mundo.
Los pasteles salobres son una opción increíble para una comida. Pueden funcionar como plato primordial o como una manera original de abrir un menú. Además, es una manera diferente de consumir verduras que, a los mucho más peques y a los no tan peques, no les agradan o les cuesta comer.
Podéis ver la receta del pastel salobre de calabacín simple y rápido en vídeo, que dejamos la vídeo receta en nuestro Canal de Youtube. Ponemos a precalentar el horno a 180 grados y, mientras tanto, en un envase, batimos los huevos. Añadimos la nata, la leche, orégano al gusto y algo de sal y mezclamos bien hasta integrar los elementos.
En un caso así hicimos el pastel de forma exclusiva de calabacín, pero como cualquier receta se puede adaptar al gusto de cada uno de ellos y incorporarle queso, bacón, jamón,… Para comenzar, pelamos y cortamos las cebollas en tiras finas. En una sartén, volcamos un chorrito de aceite e incorporamos la cebolla con un poco de sal y pimienta.
Elementos Del Pastel De Calabacín Para 6 Personas
Cocinamos a fuego medio a lo largo de unos diez minutos hasta el momento en que esté tierna y reservamos. En un molde de tarta circular extiende algo de mantequilla y harina, la justa a fin de que no agregue sabor ni grasa a nuestro plato pero la suficiente a fin de que el pastel no se pegue en el fondo y sea irrealizable de comer. Cuando tengas todo el molde bien protegido con una fina capa de grasa y harina, vierte la masa que hicimos con el calabacín, la nata, los huevos y las condimentas.