Además de esto, hay que tener en consideración que la voz «alfajor»se documenta extensamente en el español de América para referirse también a un dulce que varía en su composición atendiendo al país de origen. Lo mucho más probable es que el alajú, proceda de Alicante y de la zona mediterránea, dado de que en su composición entran elementos que no se dan en Navarra. Difundido incluso por Castilla en el pasado y al presente, es imposible garantizar que fuera llevado únicamente por andaluces a las Indias. Aun cuando no faltan personas a quienes les agrada el alajú desde la primera oportunidad que lo prueban, hay otras (el mayor número por cierto) para las que ni la mejor salsa de todo el mundo, que es el hambre, consigue a dar atractivo al famoso dulce medinés”. El mercado del verdadero alfajor de Medina, que casi no traspasa los límites de la provincia de Cádiz, tiene su natural asiento en las tascas y ventorrillos de dicho territorio.
Advierte que no se verifica el contrato como el de bestia en feria o quesos en costal; afirma, por el contrario, que Catalina no es borracha, ni huidora, ni padece gota coral, ni mal de corazón ni otra enfermedad, ni está endemoniada, y añade que es guisandera de capacidad de varias cosas, y de manera especial de fruta de sartén, de huevos mexidos y de alfajor al uso de aquí. Lógica conclusión de todo lo que antecede es que no fue Andalucía la que ingresó en Murcia el alfajor, sino que sería, al revés, Murcia la que llevó el alfajor a la zona andaluza de predominación murciana (Almería, Granada). Analicemos los datos que tenemos sobre los 2 términos en el dominio murciano. No obstante, la receta de las Mamás Dominicas de Jaén no incluye harina, que frecuenta introducirse en preparaciones de índole industrial. También Alcalá Venceslada en suVocabulario andaluz documentacordialen Andalucía («dulce de harina y huevo cocido al horno»). No encontramos, en esta ocasión, proyección de la vozcordialen el español de América para referirse a un dulce o confite, si bien sí se registra para denotar, en Chile, un licor que por norma general se toma después de las comidas.
Alajú
Este vocablo está corrompido de alajur, o de alfajur, que todos estos nombres significan una mesma cosa, y valen, tanto en lengua arábiga como en la nuestra, mantiene llevada a cabo de miel y especias y pan rallado. Antonio Nebrija le da en latín un nombre griego artomeli, de αρτος, panis, et μελι, mel. Pasta de almendras, nueces, en ocasiones piñones, pan rallado y torrado, condimenta fina… Esto es un extracto.
Imagen del escaparate de una tienda de dulces navideños. Postre de origen árabe, elaborado y consumido comúnmente en Tudela, hasta principios del siglo XX y particularmente por las Navidades. Resulta difícil entender la temporada de su introducción. Varios tudelanos lo consideran una creación autóctona; para otros hablamos de un turrón importado por los árabes durante su dominio.
Alajú
Creo que por rica y frágil que se juzgue la confitura de que charlamos; por gran duración que tenga para ser conducida de un punto a otro sin descomponerse ni alterarse en sus condiciones fundamentales, y por mucho que se adorne su envase y parte exterior, no puede transformarse en ramo importante del comercio. Las pasas de Málaga, el chocolate de Astorga y el maimón de Zamora, por poner un ejemplo, complacen desde la primera vez que se saborean; pero el alfajor necesita la costumbre del paladar, de la misma forma que la precisan el morteruelo manchego, el vino manzanilla o el queso de Roquefort”. Fray Thomás del Valle, obispo de Cádiz, manifiesta a los curas y favorecidos de Medina Sidonia, por medio de atenta carta fecha el 6 de enero de 1739, la gratitud de su ilustrísimo y reverendísimo señor, por los pavos y alfajores que le habían regalado en las últimas pascuas de navidad.
En el mes de abril de 1580 acordó el concejo que se regalasen a Marcio Colona, lugarteniente de su tío Próspero Colona, y coronel de la coronelía de los 1.500 italianos que se hallaban en Medina Sidonia, una carga de alfajores y también quarenta ducados para guantes, a fin de que se contentase con los hospedajes dados a su gente; e diez ducados e media carga para exactamente el mismo efeto al capitán Ascanio Constantin. “Don Enrique de Guzmán, II duque de Medina Sidonia, pide, en 2 de julio de 1487, al concejo de esa población, que envíen al real de Málaga 50 vacas, 50 bueyes, 200 carneros e proveimiento de alajú desa mi cibdad. Martínez y José Rogelio, los tres cultos profesores y amigos míos. En concreto, Marcial se indignó al darse cuenta del juicio escéptico de Alvar sobre la presencia de alajú en Moratalla, perjurando que quien ose denegar esa realidad “miente con toda su barba”, y reafirmó que el alajú era clásico en Moratalla, recordando que lo hacía su abuela. Pero, ahí está, palmario, el Tesoro lexicográfico del español de Canarias , de Corrales, Corbella y Álvarez, donde el vocablo alfajor tiene gran cabida. En lo relativo a la palabrasuspiro(del lat. suspirium), nos importa aquí su significado relativo al ámbito de la repostería, documentado ya desde elDiccionario de autoridades( ), «especie de dulce, que se hace del azúcar alfeñicado«.
Entre los gastos hechos por el concejo de Medina en el tercer mes del año de 1624 para hospedar y agasajar al rey Felipe IV a su paso por dicha ciudad, se cuentan ocho ducados que se abonaron a Juana la Espadera por la arqueta de alfajores con papeles dorados y también plateados, que presentó la justicia y también rregimiento al licenciado D. Miguel Cárdenas, alcalde de la día real, a fin de que fuesen refacción de S. Febrero 1582, vende Simón de Cote a Sebastián Sánchez de Cuéllar, vecino de Jerez de la Frontera, una esclava prieta, nombrada Catalina, de 20 años poco más o menos.
Soluciones Para Pasta De Almendras Y Nueces Con Miel Y Pan Rallado
Faltan en VDMu y VSMu , pero no en el moderno VHMu , que, en forma de Tesoro, junta todo el material lexicográfico previo, y por ello recopila el alajú y alfajor de mi VNOMu. Irreconocible absolutamente en la Huertade Murcia. Ya en el siglo XVI, en laRecopilación de algunos nombres arábigos(c. 1593), fray Diego de Guadix incluyealajuz, «çierta comidilla o golonisilla dulçe», pero tambiénalaxuz, «çierta suerte de nuégados o mercocha en que participa pimienta y cosas calientes –cosa bien propria– para estómagos fríos o de viejos«.
Alvar recabó información sobre el uso de alfajor y alajú en Murcia al profesor de la Facultad de Murcia, J. Muñoz Garrigós. Este hizo una encuesta informal en el sala sin garantía científica, según me cuenta una profesora de hoy de exactamente la misma Facultad, alumna entonces y que se encuentra en clase. Tal vez, como no había ningún estudiante de Moratalla, nadie ha podido mentar el alajú.
Alfajores, Suspiros Y Cordiales: Historia De Tres Palabras En Tiempo De Navidad
Doña Leonor de Mendoza Ribera, mujer del citado magnate, dice desde Sanlúcar de Barrameda, en 8 de noviembre de 1489, que con ocasión del casamiento de su hijo D. Juan con doña Isabel de Velasco, le manden 4 toros que sean muy bravos, y 2 canastas d’alajú que sea realmente bueno. Capitales, cuya variada procedencia habría que investigar caso por caso. En Murcia, el primer taburete lexicográfico sobre los dobletes alajú y alfajor lo logró mi VNOMu .
Recuerdo con determinada añoranza en el momento en que acompañaba a mi abuela a comprar estas exquisiteces en los conventos de clausura de mi ciudad, Carmelitas Descalzas, Clarisas o Dominicas. El objetivo era comprar esas piezas artesanales, tan frágiles y sabrosas para que familiares y amigos pudieran tomar las Pascuas. Un profesor pastelero, José María Zuazu, guarda el misterio de esta receta secular. En su versión tudelana, en las especias aparecen la canela, clavo, anís y nuez moscada. Contenidos escritos de Villasandino y Reynosa lanzan muchas dudas sobre el argumentario de Alvar. La investigación queda abierta a mayores pesquisas.