No obstante, al paso que peluca y chape parten del dominio capilar humano; cresta procede del mundo animal en tanto que son los gallos y otras aves quienes tienen una suerte de moño o copete en la cabeza, activándose, en consecuencia, la metáfora conceptual LAS PERSONAS SON ANIMALES (Kövecses, 2000), que proyecta características de los animales en los humanos. En lo que se refiere a piojera, la cabeza aparece conceptualizada a través de la metonimia CONTENEDOR POR CONTENIDO dado que la cabeza se representa como un espacio que alberga a los piojos. Este entramado metonímico y metafórico para designar a la cabeza porta, por lo general, sentidos neutros. En verdad, con la salvedad de piojera y calavera, que, independientemente del contexto connotan de manera negativa gracias a la iniciativa de suciedad, inanición y muerte que conllevan, el resto vocablos pueden indistintamente referirse a la presencia o ausencia de accionar racional (y también.j. tener buen/mal seso, tener mucha/poca materia gris). En el momento en que se insertan en expresiones idiomáticas con el sentido de irracionalidad o locura, los marcos contextuales suelen manar de esquemas conceptuales ahora analizados. Partiendo de que las metáforas de la cabeza se originan en una relación metonímica entre el órgano corporal con la aptitud de racionalidad relacionada con éste, es requisito partir de la concepción física de cabeza como una parte del cuerpo para desentrañar el origen conceptual de los palabras pertenecientes al campo semántico de la cabeza.
Una exclusiva subcategoría cimentada en torno al esquema de imagen de la orientación ARRIBA-ABAJO abarca los palabras azotea, terraza, chimenea y adoquín. Hablamos de expresiones que en su sentido así denotan unas partes de una vivienda; reflejando de este modo la metáfora conceptual EL CUERPO HUMANO ES UN EDIFICIO (Hines, 1999; Lakoff, 1991, p. 192), que se concretiza lingüísticamente en metáforas como las puertas del corazón,el buzón o las ventanas . A salvedad del adoquín, que es un material utilizado en la construcción y que marcha metonímicamente para denotar la cabeza, la azotea, terraza y chimenea representan las partes superiores de una casa. Existe, por consiguiente, una correlación física entre la parte más elevada de una vivienda con la percepción humana de que la cabeza es la parte mucho más alta del cuerpo (Oroz, 1949, p. 90).
El Seso Se Comporta Como Un Huevo, Puesto Que Ambos Son Muy Permeables A Los Sabores Y Al Cocinarlos Se Endurecen
Ciertamente, sin excepción, todas y cada una de las metáforas de comibles portan connotaciones peyorativas refiriéndose a personas faltas de inteligencia o que se comportan de manera insensata. La existencia de materiales de construcción como tuerca, tornillo, pinza, chaveta y chincheta, cuyos sentidos figurados refieren a la cabeza, reflejan la metáfora visual establecida entre la manera redondeada y parte mucho más elevada del cuerpo que es la cabeza con el radical mucho más voluminoso de estos elementos. El empleo de piezas de ensamblaje obedece a la presencia de metáforas conceptuales como LA MENTE ES UNA MÁQUINA (Lakoff y Johnson, 1999, p. 247) y EL CUERPO HUMANO ES UN EDIFICIO .
En este sentido, tanto regaderacomo tiesto y maceta en sus acepciones metafóricas ponen de relieve la pérdida de la facultad de control y, por consiguiente, nuevamente, accionar irracional. Persona, persona que rige o encabeza y persona de mayor responsabilidad en una familia que vive reunida. En las tres primeras acepciones, el desarrollo metonímico trabaja por substitución del cuerpo del animal y la persona por su cabeza. En los sentidos de gobernante y máximo responsable familiar, no obstante, la voz cabeza no indica solo a la persona que lleva las bridas de una organización o familia, sino hay implicaciones de liderazgo y poder. Efectivamente, la operación metonímica PARTE POR TODO interacciona con el esquema de imagen de la verticalidad ARRIBA-ABAJO , que deja la conceptualización del poder como una posición elevada.
En el primer caso, el término cabeza en su sentido prototípico de “una parte del cuerpo” extiende su concepto para referirse a un animal; en el segundo, el vocablo maceta, cuyo concepto primario designa un envase para las plantas, amplía su acepción para denotar la parte corporal cabeza. Al tiempo que en el primer caso se genera un nuevo concepto apoyado en una asociación de contigüidad (i.y también. metonimia), la relación de semejanza (i.e. metáfora) es quien se encarga de la creación de la nueva acepción de cabeza en el segundo ejemplo. Al conceder a partes de la cabeza propiedades como sequedad y humedad, frialdad y calor se conceptualiza esa una parte del cuerpo como un objeto cuya posesión supone la tenencia de raciocinio, mientras que la pérdida de éste supone falta de juicio. Cabeza de la manifestación podría marchar la metonimia CABEZA POR CONTROL/LIDERAZGO, esto es, la cabeza sustituye a una cualidad relacionada con ella. No obstante, algunos estudios señalan (Ibarretxe, 2004; Piquer, 2004, p. 195) que se trata de una motivación metafórica basada en la proyección de un cuerpo animal en lugar de humano para producir este tipo de sentidos figurados donde la cabeza se adhiere al axis horizontal. Hablamos de una explicación bastante elogiable sabiendo la existencia de la metáfora cola para referirse a la línea de personas que esperan su turno para efectuar una actividad.
Tapa F
El cuerpo en su integridad tiende a ser conceptualizado a través del esquema de imagen de un contenedor debido a la experiencia física que el hombre tiene con su cuerpo como clase de envase que tiene dentro distintos líquidos como el sudor, la sangre, la orina o las lágrimas . A través de una activación metonímica de la PARTE POR EL TODO la estructura mental del cuerpo como contenedor se extrapola al órgano de la cabeza. Efectivamente, la cabeza representa asimismo una suerte de receptáculo que alberga distintos órganos y fluidos. Esta construcción mental del contenedor deja agrupar una secuencia de metáforas que representan utensilios destinados a guardar líquidos como cacerola, cafetera, cazuela, perola, regadera tal como tiesto y maceta—al final de cuenta contienen plantas que precisan agua. El factor de temperatura caliente, sin embargo, no subyace en los sentidos figurativos de regadera, tiesto y maceta.
En este sentido semeja existir una correlación metafórica entre la cabeza como parte de arriba del cuerpo con el poder gracias a la posición elevada. Las metáforas de la comida constituyen un grupo numeroso en el campo semántico de la cabeza. La calabaza y 2 de sus variaciones, el mate y la tutuma, la coca, el coco, el huevo, la lúcuma, el melón, el pepino, el zapallo e incluso el hueso o semilla de la fruta, esto es, el pipo presentan una forma redondeada u ovalada que se asemeja a esta parte del cuerpo. Además del mecanismo visual, todos estos comestibles se caracterizan por estar cubiertos, bien con cascarillas bien con pieles; apuntándose de nuevo al esquema de imagen del contenedor. A esto se añade que hablamos de alimentos caracterizados por una relativa oquedad, en especial teniendo en cuenta que varios de ellos se vacían a la hora de ser comidos. Este espacio vacío parece sugerir carencia; relacionándose de este modo con las metáforas anteriores que resaltan la pérdida de fluidos y ausencia de moblaje y, en consecuencia, falta de la facultad de razonar.
En este caso, el esquema de imagen del cuerpo como contenedor refuerza la noción de pérdida de fluidos frente a la sepa de cubiertas que eviten su escape. De hecho, en contraste a la cazuela, la cafetera, la olla o la perola, que tienen una tapa, ni la regadera, ni el tiesto ni la maceta son recipientes totalmente cerrados. Esta noción de pérdida de fluidos refleja la metáfora conceptual LA PÉRDIDA DE UN OBJETO o SUBSTANCIA ES PÉRDIDA DE CONTROL (Lakoff y Johnson, 1980, p. 90), reflejada en metáforas tan comunes como perder las bridas, perder el hilo, perder comba, perder control, perder aceite, estar mal del riego y, evidentemente, perder la cabeza. Como la cabeza se conceptualiza como un contenedor lleno de líquidos, la pérdida de estos resulta en un desequilibrio corporal y, por ende, mental.
Tras probarlo, le gustó, pero fue al conocer qué había comido que me maldijo”, explica el encargado de Dos Pebrots, Adrià de Pablo, que en aquel momento trabajaba en el restaurante vecino, 2 Palillos. “Tratándose de expresiones idiomáticas, ¡no te rompas la cabeza ni busques cinco pies al gato! “Es un producto difícil en restauración porque es poco duradero y su manipulación debe ser muy frágil. Por ejemplo, en Jaén es muy simple comerlo y algunas casas de comidas se especializan en ellos. Son como un tesoro, pues de todos los kilos de carne que tiene un animal, los sesos son algo pequeño”.
Fuentes Externas Español Ingléses En
Acuñados en un momento histórico preciso, quedan fosilizados en el sistema de la lengua (i.e. las llamadas “metáforas fallecidas” o “catacresis”).
Expresiones idiomáticas como tener sorbido el seso, secársele a alguien el seso/la sesera/la sesera/la materia gris, tener seco el cráneo, tener el seso reblandecido o tomarse el seso se basan en verbos de absorción para transmitir la iniciativa de falta de líquidos que riegan el cerebro y, por tanto, el mal funcionamiento de la aptitud intelectiva del sujeto. Al examinar las dos redes léxicas se aprecia que en las relaciones establecidas entre el nódulo central con el nódulo externo trabajan mecanismos metafóricos y metonímicos. Así, por poner un ejemplo, el sentido base de cabeza como “una parte del cuerpo” prolonga su concepto para denotar el bulbo de un ajo por medio de una metáfora de tipo visual. La misma semejanza física parece operar en la transferencia del concepto literal de pelota como un objeto de manera redondeada a su empleo figurado de “cabeza”. El campo semántido tejido en torno al término “cabeza” está compuesto de varios vocablos que a priori parecen guardar poca o nula relación con el sentido prototípico de una parte del cuerpo. Al analizar el fenómeno de extensión semántica conocido como polisemia, no obstante, se observa que la generación de nuevos sentidos se cimenta en operaciones metafóricas y metonímicas de naturaleza conceptual que reflejan la utilización que el hombre hace de parte de su cuerpo para comprender el medio que le rodea.
Al mismo tiempo, el esquema de imagen del contenedor arriba señalado podría intervenir en los usos figurados de azotea,terraza e inclusive chimenea ya que una casa se compone de paredes, suelo y tejado o techo; correspondiéndose, por lo tanto, con un espacio cerrado lleno de muebles. De hecho, expresiones como tener la cabeza mal/bien amuebladasugieren la identificación del mobiliario con los órganos necesarios para el preciso funcionamiento de la cabeza. En este sentido, visto que la chimenea y, normalmente, la terraza y azotea, suelan carecer de mobiliario podría connotar la noción de pérdida o sepa que trabaja en las metáforas de recipientes analizadas previamente; reforzando, por lo tanto, el sentido de falta de juicio. Múltiples unas partes de la cabeza se emplean de manera figurada para representar la cabeza en su integridad. Por una parte, se muestran órganos internos (i.y también. sesera, seso, sesera, crisma, casco, cráneo, calavera, materia gris) y, por otro, externos (i.y también. peluca, chape, cresta y piojera). A su vez, en los órganos internos, marchan metáforas de tipo visual en crisma, casco y cráneo gracias a la forma afín entre el cerebro y un yelmo.